
1 – ¿Cómo se financia la Iglesia?
La Iglesia católica no es una entidad centralizada en materia económica. Cada persona jurídica (diócesis, parroquia, instituto de vida consagrada, asociación de fieles, etc.) es titular de su propio patrimonio y lo gestiona autónomamente. Cada cual obtiene sus recursos como puede, de acuerdo con el Derecho canónico y el civil. Lógicamente, todas las entidades de la Iglesia deben contribuir al sostenimiento de la Santa Sede y de las necesidades universales de la Iglesia.
2 – ¿Es compatible ser cura con otro oficio?
La Iglesia prohíbe a los sacerdotes (si no cuentan con el permiso de su obispo) el ejercicio de cargos públicos civiles, el desempeño de actividades políticas y directivas de sindicatos, la administración de bienes y la práctica de la negociación y el comercio. Hay otras actividades teóricamente compatibles con el carácter sacerdotal, aunque en la actual situación de escasez de vocaciones parece más bien raro que un obispo juzgue oportuno distraer fuerzas de la actividad pastoral.